viernes, 2 de diciembre de 2011

A un año de la masacre del Indoamericano

Por Cecilia Litvin para La Retaguardia


Diosnel Pérez, referente del Frente Popular Darío Santillán, secretario de promoción social en la junta vecinal de la villa 20 donde vive desde hace 28 años, y cronista especial de La Retaguardia en más de una ocasión, arremete contra Mauricio Macri y su gestión con la claridad que lo caracteriza.


En diciembre de 2010, más de tres mil familias tomaron el Parque Indoamericano y terrenos linderos, en reclamo de viviendas dignas, un derecho por el que no obtenían respuesta ni solución por parte del Estado. A partir de una denuncia del gobierno porteño, el 7 de diciembre comenzó un operativo para desalojarlos, del que participaron efectivos de la Policía Federal, Gendarmería y Policía Metropolitana, quienes dispararon con gases lacrimógenos, balas de goma y de plomo, provocando las muertes de Bernardo Salgueiro, Rosemary Puña y Emilio Canaviri Álvarez.
A un año de estos hechos, Diosnel asegura que la gente está peor que antes: “no hubo respuesta de ninguna de las dos partes, de Ciudad ni de Nación. El famoso acuerdo que hicieron, que iban a poner un peso cada uno para solucionar el problema habitacional, nunca nadie puso ni un centavo, así que estamos indignados, sabíamos que la promesa que estaba haciendo el gobierno iba ser una mentira más como siempre, pero la lucha sigue, nosotros vamos a seguir luchando hasta que la gente tenga su vivienda donde pueda formar una familia”.
El nulo avance de una solución al problema habitacional es inversamente proporcional a la criminalización de los luchadores populares que participaron del hecho: “nosotros estamos procesados mientras que el gobierno no se preocupa para nada en buscar a los responsables políticos y materiales de los tres asesinados del Indoamericano”, agrega Diosnel.
Actualmente son seis las personas procesadas bajo la acusación de usurpación de espacio público y según explica Diosnel, el fiscal solo tiene como “prueba” la reunión que se hizo en la Casa Rosada después de la represión en la que ellos fueron como representantes legítimos de los vecinos: “yo era presidente interino de la Villa 20 en ese momento, y nos llamaron a los representantes legítimos. Yo me presenté a la Casa Rosada, tuve la reunión y después que hablamos, buscamos la forma de salir del conflicto, nosotros les decíamos que el conflicto explotó porque la gente no puede seguir viviendo en una piecita de tres por tres
pagando 300, 400 pesos mensuales. A nosotros nos están procesando por ser supuestos responsables directos de la toma del Indoamericano, yo lo que digo es que si nosotros hubiéramos podido organizar 13.728 personas ya estaríamos disputando las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires a Macri, porque íbamos a ser segunda fuerza – dice, mientras ríe –. Eso fue espontáneo, la necesidad misma”.
Diosnel asegura que no es casualidad que los procesen, ya que son referentes del barrio, los conoce mucha gente: “lo que ellos quieren es cortar de raíz, atacar a los referentes, pero va a aparecer otro referente. La verdad que es una pena que el gobierno no procure solucionar el problema y que siga con la persecución política que nos está haciendo”. Aprovecha para contar cómo comenzó a participar para cambiar la situación en la villa: “en estos 28 años nadie me organizó, me organicé yo por la necesidad de tener un pedazo de tierra para hacer mi vivienda, donde hasta ahora estoy viviendo, a veces pienso por qué me procesan después de 28 años que yo tomé y ahora me procesan porque les estoy dando una mano a los compañeros que tienen la misma necesidad que yo tuve. La verdad que este jefe de gobierno que tenemos ahora es una vergüenza nacional, por los discursos que dio, por el tema de los inmigrantes, él se olvidó que también es hijo de inmigrantes, pero él no se considera inmigrante porque viene de Europa, yo vengo de Paraguay, hay compañeros que vienen de Bolivia, Perú, Uruguay, y para él somos inmigrantes. Pero me tocó la oportunidad de decirle que yo me siento muy orgulloso de ser inmigrante, mi papá en el año ´60 antes de que yo naciera ya estuvo haciendo edificios por Buenos Aires, y no fue mi papá el que vino a vaciar el Correo Argentino y se queda con toda la plata de los argentinos, mi papá vino y ganó la plata como se tiene que ganar, no como tu papá que vino y se la afanó a la Argentina”.
Casi sin respiro, Pérez continúa: “a mí me parece que ni el gobierno de la ciudad, ni el nacional tienen una política para solucionar el problema habitacional que estamos sufriendo en la Ciudad de Buenos Aires
y en toda la República Argentina, porque son casi tres millones y medio de viviendas que faltan en Argentina, y en la Capital Federal faltan 450.000, y si hacen 50 viviendas en 28 años… la verdad es indignante. Y lo que nos preocupa es que se está cumpliendo un año, (de la toma y represión en el Indoamericano) y la verdad que en todas las luchas por tener un techo digno la respuesta del Estado fue la misma que en el
Indoamericano, pasó en Formosa primero, luego en Tucumán, y hace poco en Santiago del Estero y Jujuy… la respuesta de ellos es asesinar a la gente que sale a pedir solamente vivir dignamente”.
En 2005, la Legislatura porteña aprobó una serie de leyes que apuntaban a la urbanización de la Villa 20, con la construcción de viviendas en el lugar donde está emplazada y en el predio de al lado que es un cementerio de autos de la Policía Federal (un importante foco infeccioso que ha causado cantidad de muertes por leptospirosis). A su vez, se promovía la instalación y puesta en funcionamiento del Hospital de Lugano, que debía ser de mediana complejidad con capacidad para 250 camas de internación. Y finalmente la construcción de un Polo Farmacéutico en esa misma zona. Varios años después de estas normas, el cementerio de autos sigue funcionando, los habitantes de la Villa 20 siguen viviendo como animales, y el polo farmacéutico se encuentra en plena construcción, con grandes maquinarias. El Hospital fue inaugurado con bombos y platillos por Mauricio Macri y Gabriela Michetti, quienes jugaron y se sacaron fotos en el sillón de odontología en el marco de la campaña por la reelección del jefe de gobierno. Pero lo cierto es que no es más que una salita: “en el momento que se inauguró se trajo tres ambulancias que supuestamente iban a quedar acá, después nos enteramos que todos los aparatos para mostrar en televisión los trajeron del Santojanni, después que pasó la inauguración se llevaron todo y quedó vacío. Hicieron la sala de rayos X sin aplomar la pared. Inauguraron cualquier cosa, como cuando inauguraron la escuela de la Villa como si fuera una escuela y hasta ahora no tiene luz, agua”, describe Diosnel. Hoy el centro de salud trabaja sólo de lunes a viernes: “no nos podemos enfermar sábados y domingos porque nos morimos en nuestras casas”, afirma
indignado.
A un año de la toma y represión en el Indoamericano, la falta de respuestas continúa, las víctimas deben además sortear la criminalización que les imputan desde los gobiernos que no cumplen con sus obligaciones de garantizar el derecho a un techo digno a todos los habitantes de la Ciudad y el país, pero la pelea continúa: “la lucha se va a terminar el día que se termina la necesidad de uno”, cierra Diosnel.

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